Diversidad y «Cultural Humility»: Factores clave para el crecimiento personal y organizacional

 Gran parte de las empresas simpatizan y valoran tener un equipo de trabajo diverso y dinámico. Disponer de diversidad cultural en una empresa implica perspectivas, experiencias y percepciones más únicas, así como una mayor acumulación de talento. No obstante, la diversidad generalmente es asociada con la raza o la etnia, cuando esta comprende aspectos de estatus socioeconómico, origen religioso, género, orientación sexual, entre otros. 

 Si bien ya los empleadores se sienten más cómodos y están haciendo mayores esfuerzos de contratar personas con diversos trasfondos culturales y entornos sociales, creando equipos y espacios de trabajo equilibrados; ¿han evaluado si los programas de salud o bienestar que ofrecen son efectivos para todxs sus empleadxs?

 Al momento de evaluar sus programas de salud o bienestar, los empleadores pueden emplear algo conocido como “Cultural Humility” (humildad cultural en español). Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) definen “cultural humility”como:

  «Un proceso permanente de autorreflexión y autocrítica por el cual el individuo no sólo aprende acerca de la cultura de otro, sino que comienza con un examen de sus propias creencias e identidades culturales.»

 

 El término fue acuñado en sus inicios por el campo de la medicina, sin embargo, es imperativo aplicar este concepto en el entorno laboral donde hay constantes interacciones, resoluciones a problemas y trabajos colaborativos para alcanzar una meta. 

 Beneficios de “cultural humility” en términos organizacionales: 

Este concepto tiene un impacto tanto individual como colectivo. Así que, analicemos algunos efectos positivos de un programa de “wellness” que emplea “cultural humility”: 

  •     Un programa de “wellness” que incursiona “cultural humility” y propicia hábitos de vida  saludable y tolerancia, reduce las probabilidades de discriminación, microagresiones y discrepancias entre empleados. 
  •     Según Thomson Reuters Workforce Wellness Index, los comportamientos poco saludables de los empleados en los EE. UU., se traducen en una inversión promedio de $670 por empleado al año. Sin embargo, la Sociedad para la Gestión de los Recursos Humanos (SHRM), afirma que los programas de bienestar que alientan un comportamiento saludable y un entorno multicultural, pueden reducir los días de enfermedad y las lesiones en el lugar de trabajo, reduciendo sucesivamente costos de inversión en planes de salud. 
  •     La implementación de “cultural humility” en un plan de “wellness” para la organización, impulsa la creatividad, un ambiente laboral empático y tolerante y la creación de relaciones genuinas, es decir, mayor productividad, lealtad y comodidad. 

Implementando un programa de “wellness” con “cultural humility” en la organización:

  •     Construye espacios para compartir información relevante y generar debate: comenzar a ser consciente y humildes acerca del nivel de conocimiento propio respecto a las creencias y valores de otros empleados en la organización propicia empatía entre empleados. 

 

  •      Coordina reuniones mensuales: impartir una formación o talleres respecto a “cultural humility” y cómo practicarlo en el ámbito laboral al menos una vez al mes, permite la autorreflexión y el respeto.

 

  •     Establece canales para recibir comentarios anónimos: escuchar y dialogar con individuos que se sienten marginados, incómodos y motivarlos.

 

  En última instancia, la autorreflexión crítica debería ser uno de sus objetivos profesionales permanentes. Al emplear programas culturalmente humildes, las empresas pueden garantizar exitosamente que se satisfagan las necesidades de salud y bienestar de sus trabajadores, mejorando su valor personal y eficacia en el aumento de la productividad. 

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